lunes, 29 de septiembre de 2008

El egoismo necesario

No quiero que me digan que el egoísmo es la antítesis de la vida.
Porque la vida es una manifestación de la generosidad, toda ella.
Desde la decisión materna de acoger al nuevo ser en su seno hasta la última palabra que se dice a quien parte de este mundo.
Ya lo se y es mi filosofía de vida.
Pero, este caso es distinto casi no puedo conceptualizar lo que pienso. Es que lo que observo no me gusta. Tampoco puedo tener la claridad causal para que mi argumentación sea tan fuerte que no necesite creerse, sino que solo se acepte.
Por su propio peso.
Hoy le dije a un ser amado que debe ser egoísta.
Es que observo su derroche de generosidad. Ya se que el prisma con que miro es el de los celos de la madre pero, si no hace ni consigue las cosas que se que ha proyectado y que pueden ser un logro en su futuro es porque no va por el camino acertado.
Y no es que vea como malo que le de el gusto a la mujer que lo acompaña en todas las cosas de la vida en común. Solo que por esas pequeñas imposiciones de andanzas, traslados, compras, idas y vueltas, no se da el tiempo para las cosas importantes propias. Para reuniones sociales o familiares, muy amenas, siempre hay tiempo porque no se necesita poner en juego la voluntad.
No es bueno dejar de lado la salud por llenar la agenda con cosas superfluas.
Se puede pensar, sin dejar de ser romántico, que futuro se visualiza si no ponemos el interés en las cosas que son de verdadero peso.
No debemos ser chicharras. Ellas cantan muy felices y hedonísticamente en un verano pero, no tienen refugio ni comida en el invierno.
Además de lo inexorable del paso del tiempo también hay que tener siempre en cuenta que nadie, si nadie, perdona que otro le haya hecho perder sus proyectos. Que no le haya apoyado para cumplir metas importantes.
Porque en el ardor del enamoramiento tenemos anteojeras. Todos sabemos lo omnipresentes que son los contactos físicos y los arrumacos en una etapa de la vida pero, después los ojos empiezan a ver y queda lo que se hizo en común.
Cuantas parejas dejaron de serlo porque habían pasado mucho tiempo viviendo sin darse cuenta que no lo hacían a total conformidad con los proyectos reales de cada uno.
Ojalá sean entendibles mis palabras.

1 comentario:

Gonzi dijo...

Ese egoismo necesario es generosidad con uno mismo.