jueves, 18 de septiembre de 2008

PAJARITA TRISTE

Lo tuyo es un trino pero sus notas son tan plañideras... que escuché tu dolor.
No quería entender, no quería convencerme.
Pajarita alegre. Trabajadora incansable. Vuelitos cortos, seguidos, hasta el atardecer.
Tus notas avisan que el sol ya no está. Todos los días decís hasta mañana, cuando ya no ilumina. “Ya es de noche, avisó el chingolo” decimos los serranos.
El nidito es tan resistente. Pequeñito, entrelazado, anida, protege.
Quién es el ser maligno que te arrebató un pedacito de tu vida?
Aunque la lluvia y el viento pasaron no se puede creer que sean tan malos.
Vos sos frágil. Tan poca cosa para enfrentar tanta responsabilidad, la vida.
Pero como te las arreglas. Ni la leona con garras y fauces tiene la fiereza de tu ternura y tus desvelos.
Como podrías hacerle frente a la indiferencia, a la estupidez, al retuntun de la idiosincracia fútil, superficial.
La lluvia que da sustento a toda la naturaleza te ha traicionado.
Toda la protección de plumitas de tus alitas fueron pocas y te quedaste trinando, llorando. Parada en la rama alta del ciruelo. Mirando mi puerta.
Yo, pajarita, no pude hacer nada. Cuando me pasó a mi, tampoco pude. Solo me desgarraron el pecho los sollozos. Me enfermé, mi cuerpo todo lloró.
Verás los pichones de otros nidos aprender a volar. Pero los tuyos no.
Siempre sentirás ese dolor. Siempre tendrás en cuenta el tiempo que pasa y sabrás que los tuyos no estarán.
Hay pajarita vete de aquí! Ya no llores que te escucho y me renace el dolor.
Es un puñal que se remueve en el hueco de mi corazón.

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